Las emociones básicas son la alegría, la tristeza, la ira o la rabia, la sorpresa, el miedo y el asco.
Te presento a los personajes representativos de cada una en la película “Inside out” o “Intensamente” en español. Te la recomiendo por divertida y didáctica.
Ahora, si cualquier emoción se prolonga, es simplemente porque está siendo “alimentada” por nuestros pensamientos.
La importancia de esto es que nos permiten conocernos, saber lo que queremos, buscarlo y satisfacerlo, además de reflejar lo que hay en nuestro interior.
Si no tuvieras emociones sería difícil reaccionar ante las situaciones. Por ejemplo, si estuvieses ante un peligro y no apareciera el miedo, probablemente no sobrevivirías. Las respuestas que te ofrecen las emociones son útiles para tu supervivencia y en eso nos han ayudado a lo largo del tiempo.
Es lo mismo que las sensaciones del cuerpo, están ahí para cuidarte. Una vez me imaginé como sería no sentir el tacto o dolor en la piel. Si me sentara arriba de un clavo sin sentirlo, podría arrancarme un pedazo de la piel como alguna vez te habrá sucedido con algún pantalón o panties.
Hemos aprendido, equivocadamente, que lo importante es estar siempre pum para arriba y felices.
Los sentimientos son etiquetados como positivos o negativos, cuando en realidad no son ni buenos ni malos. Son señales orientan y ayudan a nuestra adaptación a las diferentes situaciones que nos toca vivir.
Y está bueno y es deseable aprender a experimentarlos a todos.
Norberto Levy en “La sabiduría de las emociones” define a las emociones como las luces del tablero de mando del automóvil que se encienden e indican que ha subido la temperatura o queda poco combustible. Cada emoción es una luz de tonalidad específica que se enciende e indica que existe un problema a resolver.
De manera que, las emociones son tus aliadas, y te avisan que hay una situación que merece ser resuelta.
Cuando esto ocurre, te concentrás en la resolución del problema y agradecés a la emoción haber orientado la mirada en esa dirección, por más dolorosa o inquietante que dicha emoción pueda haber parecido al comienzo.
Continuando con la metáfora del tablero de mandos, las luces se aprovechan en toda su utilidad cuando aprendés qué es lo que indica cada una, y sabés, además, cómo encaminarte a resolver el problema que registra: sé que la luz que se encendió indica que hay poco combustible y sé cómo dirigirme hacia la próxima gasolinera.
Cuando llego allí y cargo combustible he completado el circuito resolutivo que la luz puso en marcha.
Aportará mucho a tu evolución explorarnte y conocerte mediante la observación, recibiendo y decodificando el mensaje de la emoción. Traducirlo en palabras y deseos concretos. Esto hará mucho más fácil tu vida.
Te sirve para conocer como satisfacerte mejor y a tener una comunicación más clara si tenés que comunicárselo a alguien más.
Sé que puede generar dudas adentrarte y agradecer a las emociones calificadas como “negativas”. Si reflexionas un momento, el miedo, que es una de las sensaciones más agobiantes ¡es lo que ¡nos mantiene vivas!
Tu cuerpo es un diseño perfecto en el cual nada sobra y todo está diseñado para tu supervivencia. Es nuestra tarea aprender a escucharnos, escuchar al cuerpo para obtener una guía clara y segura de lo que está bien y servirá en nuestras vidas.
✨La práctica de hoy consiste en, una vez más, ponerte en MODO OBSERVADOR, y si te enojas, estás con nervios o estrés, para y preguntate: ¿qué es lo que quiero?
Agarrá tu cuaderno mágico y escribí la respuesta. Hacelo todas las veces que sientas una emoción y logres identificarla.
Jugá al tablero del automóvil.
Puede ser que esto sea mucha información teórica y práctica o incluso que te de miedo observarte, pero como siempre lo digo y más en este espacio, hacelo de a poquito, respetando tus tiempos y formas, cada pasito es importante y no es necesario que hacerlo todo junto ni corriendo.
Además, esta info ya está ingresando en tu campo electromagnético.
En poco tiempo esta práctica se volverá un hábito, y eso es lo que queremos lograr.